Imagina unas piedras cayendo en un estanque, imagina las ondas que se producen, los reflejos, el movimiento. Así, con esta premisa, diseñé el cabecero, como una superficie con sombras difusas que captura el movimiento del agua en un relieve suave y agradable al tacto.

Es una pieza de madera laminada, concretamente de abedul, y rebajada por control numérico. En la textura se pueden ver las líneas que produce la herramienta a su paso cuando va rebajando el material.

En muchas ocasiones, voy mudando parte de diseños en otros. Hacía un tiempo había estado trabajando con esta superficie en la sala de aguas. En este caso, usé la superficie para contenerla en una pieza de madera y fresar su relieve.

Este cabecero lo realicé para un apartamento de Granada y está siendo inspiración de otros que quiero hacer para el futuro.